Cómo preparar mermelada de arándanos con puré de durazno en casa

La mermelada casera siempre tiene un encanto especial. Nos conecta con el placer de elaborar algo único y natural, ideal para disfrutar en tostadas, yogures o incluso como complemento de recetas más sofisticadas. Hoy te traemos una receta que combina la acidez y dulzura de los arándanos con la suavidad y el aroma de los duraznos. ¡Prepárate para un resultado que encantará a todos en casa!

Ingredientes necesarios:

Para aproximadamente 4 frascos medianos de mermelada, necesitarás:

• 500 gramos de arándanos frescos o congelados.
• 300 gramos de duraznos maduros (aproximadamente 3 piezas medianas).
• 400 gramos de azúcar.
• El jugo de un limón.
• 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional).

Paso 1: Preparar los ingredientes

1. Arándanos: Si usas arándanos frescos, lávalos bien bajo agua fría para eliminar cualquier impureza. Si son congelados, asegúrate de descongelarlos completamente antes de comenzar.

2. Duraznos: Pela los duraznos, quítales el hueso y córtalos en trozos pequeños. Para facilitar el trabajo, puedes escaldarlos en agua caliente durante un minuto y luego pasarlos a agua fría; así, la piel se desprenderá con facilidad.

Paso 2: Hacer el puré de durazno

Coloca los trozos de durazno en una licuadora o procesador de alimentos y tritúralos hasta obtener un puré homogéneo. Si prefieres una textura más rústica, puedes dejar pequeños trozos sin triturar. Reserva el puré en un recipiente aparte.

Paso 3: Cocinar los arándanos

En una olla grande, coloca los arándanos junto con el jugo de limón. Cocina a fuego medio durante 5-7 minutos, removiendo de vez en cuando. Notarás que los arándanos comienzan a liberar su jugo y se deshacen ligeramente. Este paso es crucial para realzar el sabor y obtener una textura más suave.

Paso 4: Incorporar el azúcar y el puré de durazno

Añade el azúcar a los arándanos y mezcla bien hasta que se disuelva completamente. Una vez integrado, vierte el puré de durazno y reduce el fuego a bajo. Cocina todo a fuego lento durante 30-40 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que la mezcla se pegue al fondo.

Paso 5: Prueba de consistencia

Para asegurarte de que la mermelada tiene la textura adecuada, utiliza la prueba del plato frío:

1. Coloca un plato pequeño en el congelador durante 5 minutos.
2. Retira el plato y coloca una cucharadita de la mermelada caliente sobre él.
3. Inclina el plato ligeramente; si la mermelada se desliza lentamente, está lista. Si no, continúa cocinando unos minutos más y repite la prueba.

Paso 6: Envasar la mermelada

1. Esteriliza los frascos de vidrio hirviéndolos en agua durante 10 minutos y secándolos completamente.
2. Llena los frascos con la mermelada caliente, dejando un espacio de medio centímetro en la parte superior.
3. Cierra los frascos herméticamente y colócalos boca abajo durante 10 minutos. Esto ayudará a sellarlos correctamente.

Paso 7: Almacenamiento

Deja que los frascos se enfríen a temperatura ambiente antes de almacenarlos en un lugar fresco y oscuro. Una vez abiertos, consérvalos en el refrigerador y consúmelos en un plazo de dos semanas.

Consejos adicionales

1. Personaliza el sabor: Puedes añadir especias como canela o cardamomo para darle un toque único.
2. Opciones de azúcar: Si prefieres reducir el azúcar, utiliza un endulzante alternativo como miel o azúcar de caña, ajustando las proporciones según tu gusto.
3. Textura perfecta: Si prefieres una mermelada completamente suave, usa una batidora de inmersión para procesarla antes de envasarla.

Sugerencias para disfrutar la mermelada

• Úntala sobre pan tostado con un poco de mantequilla.
• Úsala como relleno para crepas o tartas.
• Añádela al yogur natural o helado para un toque dulce.

Con esta receta, no solo disfrutarás de una mermelada exquisita, sino también de la satisfacción de prepararla en casa. ¡Anímate a probarla y sorprende a tu familia con este dulce artesanal!